Memes, arte e internet
En estos tiempos cualquier usuario de internet se encuentra familiarizado con los memes, productos de la cultura popular que ocupan un buen porcentaje del contenido visual que se aloja en las redes sociales, imágenes de construcción aparentemente básica que en la mayoría de los casos buscan producir sensaciones de gracia en el usuario de estas redes. Pero ¿Son estas piezas gráficas simples elementos que solo generan humor? ¿Hacen algo más? ¿Hablarán de ellos los teóricos del futuro? ¿Tienen algún valor estético? Para intentar generar algún acercamiento a las respuestas a estas interrogantes se hace necesario acercarnos a los memes desde elementos más complejos como el mismo arte.
Juan
Catumba
Entonces, para llegar a los memes desde el arte podemos hablar del arte en sí, y centrarnos sobre todo en el arte pictórico, forma artística que existe casi que desde que existe el hombre y que nace con una necesidad comunicativa: un animal nuevo, una jornada de caza, la muerte de alguien o el nacimiento de otro son eventos de los que se tienen que enterar los demás y deben hacer parte de la memoria colectiva. En el momento en que aparece la escritura y la humanidad se organiza en civilizaciones, el arte también evoluciona, ahora son los mandatos de los dioses, las hazañas de los emperadores, las representaciones de las figuras divinas, o los castigos y las recompensas, los elementos que hay que comunicar, plasmar y conservar a través de imágenes, el arte -al menos desde su forma- intenta ser similar a la realidad, pretendiendo la mímesis.
Luego aparece entonces en la historia la figura de Cristo y su crecimiento en popularidad transforma las temáticas de la práctica artística, las artes entonces buscaban agradar a Dios y a la Iglesia y representaban todo tipo de situaciones bíblicas, las piezas hablaban de milagros, de sacrificios, de personas santas triunfando sobre los enemigos del Señor y todo tipo de eventos donde la presencia de Dios en la escena fuera de suma importancia.
Con el tiempo los seres humanos empiezan a considerarse más importantes que sus creencias y dejan a un lado las imágenes religiosas para empezar a tener como imágenes predilectas las personalidades con poder económico y político, retratos muy bien logrados, adornos que demuestran poder económico, vestuarios elegantes y estilizados, entre otros, eran los cánones de la representación pictórica de esas épocas, los protagonistas de estas obras eran señores adinerados, princesas, reyes, duques, y todo el resto de títulos nobiliarios existentes; había una necesidad de conservar la imagen propia, de decirle a los demás “Este soy yo y tengo esto, y puedo hacer esto otro” y poder decirle a la historia “Soy importante y existo”, el arte seguía pretendiendo la mímesis.
Pasaron los años y los artistas pusieron su interés en su entorno, en los otros, en sus experiencias, en sucesos cotidianos a la vez que también exploraban sus propias imaginaciones, siempre intentando la mímesis, hasta que en 1826 un francés hizo la primera fotografía de la historia, y entonces al cabo de unos cuantos años, cuando el medio fotográfico se había consolidado y se había hecho popular, la mímesis estaba lograda, ¿qué mejor medio que la fotografía, que trabaja con la luz y apunta directamente al mundo, para representar la realidad? ¿para qué seguir buscando la mímesis con la pintura si ya estaba lograda?, entonces los artistas empezaron a explorar sus emociones, se dieron cuenta que podían transmitir también con la forma de pintar y no solo con la imagen representada, navegaron por múltiples posibilidades expresivas que cada vez más se alejaban de la mímesis, y en una de esas, como un acto de crítica, aparece un urinal en un museo, gracias a Duchamp.
Para comprender de dónde viene el arte contemporáneo es necesario entender todo lo que representa “La fuente” de Marcel Duchamp; moviéndose en un panorama donde los artistas estaban experimentando lo que más podían con el medio, donde los lineamientos estéticos empezaban a desdibujarse a causa de la amplia diferencia de cada una de las obras, donde los experimentos e intentos para alejarse de la mímesis cobraban más fuerza, Duchamp decidió también hacer un experimento que revelaría un poco de la naturaleza misma del arte, con la premisa de que el arte es arte si el artista así lo decide, envió un urinal firmado a la Sociedad de Artistas Independientes, ponerle un título y decir que era una obra de arte, y funcionó, a partir de ese suceso es que en el arte empieza a importar más la idea, el concepto o el discurso que la obra en si misma. “Con esta obra, se inició una auténtica revolución en el mundo del arte al demostrar que cualquier objeto mundano podía considerarse una obra de arte con tal de que el artista lo quitara de su contexto original (en este caso, un baño) y lo situara en un nuevo contexto adecuado -una galería o un museo- y la declarara como tal.”
Una vez la obra de Duchamp permitió la licencia para extraer objetos del mundo ordinario y darles el estatus de obra artística, el arte empieza a experimentar por todos los frentes, los artistas ya no se quedan en la pintura ni en la fotografía ni en el cine ni en la escultura, ni en estas artes tradicionales, se lanzan al mundo normal en busca de ideas y conceptos, en busca de discursos que puedan ser complementados con objetos; es en esta misma época de diversidad de medios -pues el medio ya no es solo uno sino el mundo mismo- que los avances tecnológicos hacen posible la base de internet, que unas décadas después funcionaría -en una de sus innumerables funciones- como herramienta y medio para la creación artística.
Y es aquí donde aparece el Net.Art, que tiene sus primeros momentos hacia el final de la época de los 80s empezando un proceso de consolidación con la invención de la World Wide Web, en la década de los 90s, su concepto se resume en ser “Arte de internet”, utiliza las herramientas y posibilidades que ofrecen los sistemas informáticos para generar contenidos estéticos, y está pensado para que se aloje únicamente en la red, sus obras se piensan como masivas, económicas, apreciables desde cualquier parte del mundo, con la función de que ayuden a construir el mismo internet. “Estos proyectos precisan del funcionamiento de la red para llevarlos a cabo, pero a la vez la pueden definir de diferentes maneras, como es metodológicamente, e incluso socialmente. Los artistas crean, pero también investigan y reformulan el uso de Internet, con el fin de potenciar las posibilidades que ofrece y así crear un nuevo lenguaje artístico.”
Con todos estos antecedentes, y sin necesidad de conocerlos o usarlos como referentes, aparecen los memes, imágenes de internet que un primer vistazo buscan ser elementos de humor, pero que van un poco más allá de eso. “Se les llama meme debido a la teoría desarrollada por el científico Richard Dawkins en su libro de 1976 titulado El gen egoísta. En su investigación, Dawkings concluyó que los memes se replican y circulan de igual manera que los genes por tratarse de la unidad mínima de información que se puede transmitir y, en su interpretación, es la forma en la que se hace la transmisión cultural. De acuerdo con la hipótesis del estudioso, dándose la misma lógica que sigue el proceso evolutivo. Según señaló el genetista, "los memes se esparcen por la cultura humana como los genes lo hacen por el patrimonio genético".
[…] El científico propuso que en la forma en la que los humanos hacemos la transmisión cultural en el recorrido del tiempo, existe una unidad mínima por su simplicidad y la facilidad con la que se transmite entre los seres humanos. Pues bien, el meme como lo conocemos ahora comparte siempre esa característica: se compone de una unidad mínima comunicativa, normalmente reflejada en una imagen cuyo contexto conocen una buena parte de los usuarios de internet, y que se acompaña de otro elemento que complementa la imagen para refrescar el mensaje contenido en el meme.”
Es en esta característica de la “transmisión” o “viralidad” que los memes -aparentemente básicos- pueden tener un valor un poco más complejo, estas piezas gráficas se convierten en herramientas sociales que comunican ideas que muchas veces -más allá del humor contenido en ellas- logran que el usuario genere cierto tipo de interacción y se vuelva un consumidor activo, que puede cuestionarse por los temas contenidos en el meme. De esta manera el meme puede funcionar como herramienta para múltiples propósitos, por ejemplo, el meme bebe constantemente de la cultura popular y los elementos de esta cultura de masas están generados desde espacios como la publicidad, la televisión, el cine o la prensa (digital o física), de forma que cuando aparece uno o un conjunto de memes que tiene como tema central, plantilla o gancho cómico un elemento perteneciente a estos medios, se vuelven objetos publicitarios, así no se hayan concebido como tal, el meme funciona entonces como el “voz a voz” de la cultura digital, con sus mejoras incluidas, es mucho mas veloz, le llega a muchas mas personas y sigue siendo gratis, películas, series, deportes, páginas web, medios de prensa se ven beneficiados por la existencia de estas piezas. De una forma similar el meme es también comentador político, sin embargo no todas sus manifestaciones lo son, solo aquellas que están orientadas a serlo, cumplen el mismo papel que las caricaturas políticas tradicionales, solo que son mucho mas sencillos y -de nuevo- masivos, pero si tienen ventajas sobre las caricaturas tradicionales, al ser anónimos, no hay forma de aplicar algún tipo de represalia (sea legal, política o social) sobre el autor, al ser masivos y difundidos a través de las redes sociales el usuario de internet se siente más cercano a ellos, burlarse de la política y de los políticos recupera la idea principal de la democracia, la de que el poder está en el pueblo.
Ya hablamos de los memes como medios de expresión social, y de su valor como elementos comunicativos tanto publicitarios como políticos, revisemos las características de estas piezas que recoge el portal “MEMES Y PERIODISMO DIGITAL” que se basan en el libro de Limor Shifman "Memes in Digital Culture": Los memes tienen longevidad (capacidad para perdurar en el tiempo), fecundidad (posibilidad para reproducirse mas allá del tiempo y del espacio), fidelidad para replicarse, sencillez y creatividad.
¿Tienen los memes características estéticas? Estas piezas poseen elementos reconocibles que son comunes entre pieza y pieza, elementos que de cierta forma responden a una estética, tipografías similares, decisiones de composición comunes, fondos de un mismo color (generalmente blanco), entre otras; los memes son piezas visuales, que nacen de una actividad de creación artística, que incluso comparten características con su compañero de medio, el Net.Art David Ross propone 21 características distintivas del Net.Art, algunas de ellas las podemos aplicar a los memes:
-La posibilidad de movilizar y reunir público. Así podemos ser responsables de la reunión inicial pero luego la relación se rompe.
-La autoridad cambia entre el autor y el espectador. Se difumina y se borra la línea de separación entre ambos. Se promueve el diálogo interactivo.
-El net.art es puramente efímero, lo opuesto a la cualidad épica. No deja huella. Puede tener la brevedad poética que resume una vida en la conciencia colectiva.
-La intimidad del medio. Es como leer un libro con la tensión de estar en el teatro, pero el espacio real es privado y lleva a una gran variedad de manipulaciones estéticas.
-La naturaleza interactiva es una cualidad de feedback positivo de la red.
-Es intrínsecamente global.
¿Podemos asumir los memes como productos artísticos? Tienen cualidades comunicativas, de expresión visual, incluso de experimentación conceptual (se juega con el contexto, con las ideas preconcebidas, con las experiencias del espectador), comparten características con el arte generado en su mismo medio como el Net.Art, responden a parámetros de la cultura y a las preocupaciones de la gente en la época. Pero mejor que lo decidan sus creadores, o los mismos espectadores, igual que con el urinal de Duchamp ¿El meme es arte?